Por WAC | 2 SEP 2022

A partir de su atracción por dos espejos acústicos o micrófonos que halla en su deambular por la montaña de Montjuïc, Phillip Maisel elabora una reflexión sobre la pertenencia, sobre las dobles vidas o sobre cuanto uno deja tras de sí luego de ausentarse. En Parabolic Structures el trabajo especular de este artista posibilita la conexión entre distancias abocadas a no comunicarse en apariencia: tiempos alejados, diferentes lugares, relatos distintos.

Un diálogo entre fotos antiguas de grupos y familias catalanas e instantáneas de las reuniones con sus allegados extraídas del archivo personal de Maisel. Gracias al collage: con el que alinea tanto las mencionadas imágenes como espejos o materiales arquitectónicos y de construcción (las lápidas del antiguo cementerio judío de Montjuïc reutilizadas para edificación en Barcelona); la naturaleza fragmentaria de los materiales encontrados por el artista da lugar a historias, a narraciones, entretejidas de tal modo que, si bien ofrecen una mirada singular sobre el espacio y el tiempo, permiten todas las lecturas posibles al alcance de quienes se acerquen a sus naturalezas muertas expuestas en Chiquita Room.

El trabajo de Phillip Maisel se basa en el lenguaje de la fotografía. Sin embargo, emplea materiales que obtiene de localizaciones específicas (como es el caso de la montaña de Montjuïc para esta exposición) a partir de los que crea esculturas, collages y objetos con los que explorar la práctica fotográfica, de tal guisa que son un lugar para contemplar los propios materiales seleccionados. Y revisita, con ello, el valor de uso y el carácter bidimensional del medio: composiciones angulares y formas abstractas para centrar la atención en el espacio representado de la imagen.

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