La dinámica cultural de la ciudad de Turín

Por Pedro Medina | 2 NOV 2022

 

Una cultura que no hace intercambios es una cultura amenazada de muerte, porque las culturas son como las lenguas, vivas o muertas, y no están vivas si no son practicadas, expuestas a la feliz fatalidad del cambio. Marc Augé


Turín, el lugar donde los ríos Stura di Lanzo y Dora Riparia desembocan en el Po, con los Alpes en el horizonte, es una ciudad monumental, aunque se muestre con refinada discreción. Su historia está caracterizada como lugar de frontera, porque el Piemonte se define por estar a los pies de una gran barrera natural. Sin embargo, señalar sus límites sirve para reconocer su condición de cruce de caminos, que ha acogido a tantos personajes ilustres en tránsito, lo que ha permitido que grandes corrientes creativas nazcan en sus alrededores, del barroco geométrico de Guarino Guarini a las fantásticas estructuras de Pier Luigi Nervi, de la informática en Olivetti al Arduino, del Arte Povera al Slow Food…

Merece la pena conocer su legado, pero sobre todo el modelo de ciudad que propone, para descubrir un destino privilegiado para el arte contemporáneo y una realidad que puede convertirse en referencia cultural como manera de proyectar nuestro entorno.

Marinella Senatore. Dance First Think Later, 2022. Cortesía Mazzoleni

La importancia de un plan estratégico

Sus orígenes se remontan a pueblos celtas y de Ligura conocidos como los Taurini y al castrum romano, constituido en el 58 a.C., que determina aún hoy la ampliación de la forma urbana como parrilla, de la que es responsable la monarquía más longeva de Europa, los Saboya. De hecho, Vittorio Amedeo II trajo a Filippo Juvarra para convertir la ciudad en una gran capital europea. Más tarde llegó a ser la primera de Italia en 1861, transformándose pronto en ciudad industrial y, sobre todo, del automóvil con la fundación de FIAT en 1899, destacando también por la innovación de empresas como Olivetti en la segunda mitad de siglo XX.

Sin embargo, todo ese esplendor industrial entró en crisis a finales de los ochenta y los noventa, pasando su población de 1.168.000 habitantes a principios de los setenta a poco más de 865.000 a inicios de siglo XXI. Es fácil imaginar que la pérdida de un cuarto de su población en poco más de una década supuso una crisis enorme. Ante la misma, el Ayuntamiento de Turín decidió cambiar discurso y establecer un plan estratégico para la promoción de la ciudad, bajo la dirección científica de Arnaldo Bagnasco. El primer plan fue publicado en 2000 —iniciado en 1998 con la implicación de más de mil personas en su análisis y la configuración de una visión de futuro— y el segundo en 2006.

Hadi Fallahpisheh. Memory Thief #2, 2022. Cortesía de Efremidis


Paola Zini —que trabajó en este plan y que tiene una amplia experiencia como directora de Torino 2008 World Design Capital y presidente del Consorcio de las Residencias Reales Sabaudas—, nos cuenta qué supuso hacer el primer plan estratégico en Italia: «No fue un plan regulador (un documento con valor legal), sino un instrumento que procedía de las lógicas empresariales y que se aplicaba a un territorio, a la Administración Pública y a sus relaciones con todos los actores», es decir, se trata no solo de intervenir y garantizar los servicios que requiere la ciudad, sino de cambiar la lógica de su gestión para dirigirla como si fuera una empresa; no obstante, su orientación cultural limitaba las partes negativas que pueden suponerse de este giro pragmático. En pocas palabras, se pretendía mantener la capacidad para producir riqueza por medio de la diversificación del sistema productivo y la renovación de la imagen internacional de la ciudad.

Para la realización de este plan, se estudiaron varios ejemplos en España, Inglaterra y Francia, optando por seguir los modelos de Barcelona y Bilbao: «La primera, que contaba como perno de su cambio las Olimpíadas, y la otra apoyada en la cultura, con el Guggenheim. En realidad, tras cada uno de esos dos icebergs se escondía un plan estratégico, elaborado con todos los actores del territorio, que no se imponía por la administración local o regional, sino que surgía de un trabajo en equipo». La ciudad miró hacia estos ejemplos y «el plan estratégico fue la ocasión para redescubrir sus numerosas excelencias».

Shamilla Aasha. Resolution, 2022. Cortesía First Floor Gallery Harare

Gracias a ello, y sin renunciar a muchas de las referencias de su consolidada identidad, apuntó al futuro, haciendo girar su estrategia hacia su proyección internacional, estableciendo 6 líneas estratégicas, 20 objetivos y 84 acciones, para girar, en primer lugar, en torno a grandes eventos, cuyo punto culminante fueron las Olimpiadas invernales de 2006. A partir de ese momento se activa un segundo plan, que pretende potenciar su reconocimiento como ciudad de cultura a través de una «economía del conocimiento». Se animó así la construcción de ciudad por medio de un debate sobre temas de investigación y acontecimientos culturales, promoviendo la creación de nuevas agencias que propiciaran la aparición de nuevos actores, temas y objetivos.

Monica Bonvicini. Belt Cloth #2, 2022.Cortesía de la artista y de y of the artist and Galleria Raffaella Cortese. © Monica Bonvicini and VG Bild-Kunst. Foto: Jens Ziehe.

Artissima y la semana del arte contemporáneo

Fruto de esta estrategia de promoción de la ciudad, se fueron sucediendo reconocimientos internacionales: la capitalidad mundial del libro por la UNESCO en 2006-2007, Torino World Design Capital en 2008, ciudad creativa de diseño por la UNESCO en 2014 o la capitalidad europea del deporte en 2015, entre otros eventos culturales y deportivos.

Por otra parte, son numerosas las citas culturales periódicas, del Salone del Gusto al Torino Film Festival, destacando sobre todas ellas el Salón Internacional del Libro y la semana de ferias de arte contemporáneo, que tiene a Artissima como la feria más prestigiosa, conocida especialmente por su atención a las prácticas experimentales y a artistas emergentes.

Brandon Lipchik. Forest Stage, 2022. Cortesía del artista y de Robert Grunenberg. Foto: Roman Märzu.

Su edición número 29 tiene como novedad el cambio en la dirección de la feria. Su nueva cara es Luigi Fassi, quien ha declarado que pretende «reforzar su doble identidad como plataforma de mercado y de producción cultural», comenzando por el tema elegido para la edición de 2022: Transformative Experience, inspirado en el ensayo de L.A. Paul de la Universidad de Yale. Para la filósofa, una experiencia transformadora puede modificar radicalmente a quien la vive, poniendo en crisis las expectativas prefiguradas con racionalidad, para abrir perspectivas hacia lo desconocido: «Una experiencia transformadora es la que abre horizontes a nuestros sentidos, a nuestros pensamientos y a nuestras emociones, hasta que pueda cambiarnos hondamente como personas».

Con esta vocación se presenta también un ambicioso programa cultural por toda la ciudad, en diálogo directamente con Artissima y la Fondazione Torino Musei, a la que pertenece la feria. Destacan los tres proyectos comisariados con obras de galerías participantes en Artissima 2022 en cuatro museos (GAM, Palazzo Madama, MAO y las recientemente inauguradas Gallerie d’Italia), además del histórico hotel Principi di Piemonte. Las exposiciones son: So will your voice vibrate, en los 3 primeros museos, el proyecto de vídeo Collective Individuals en las Gallerie d’Italia, que en ese momento dedicará su muestra principal a Gregory Crewdson, y Tempo rizomatico en el céntrico hotel turinés.

SAšA  TKAčENKO. Our Way to Fall (triptych), 2022. Cortesía del artista.

Asimismo, están previstos varios proyectos especiales en las principales fundaciones de la ciudad, como A Sud, que nace de la voluntad de apreciar las actividades desarrolladas por instituciones meridionales e insulares; participan en esta exposición las fundaciones Merz@ZACentrale, Oelle y Paul Thorel. Otro proyecto, patrocinado por la Compagnia di San Paolo, es Artissima digital, a través de artissima.art y Artissima Voice Over. Y la Fundación CRT, un habitual comprador para los fondos de la Galleria Civica d’Arte Moderna y del Castello di Rivoli, lanza, con Artissima, el segundo Beyond Production, que inició con Surfing NFT, para adentrarse en el Metaverso. Este proyecto se desarrolla complementariamente al OGR Award Disegni, dedicado al dibujo sobre papel, una sección presente en la feria junto con las tradicionales Present Future y Back to the Future. Por último, hay que señalar que este año el Torino Social Impact Art Award ha premiado al madrileño Federico Pozuelo, junto con la eslovaca Natália Trejbalová.

Todos estos eventos coinciden con varias actividades, como las famosas Luci d’artista, la apertura extraordinaria de museos y galerías, así como la celebración de otras ferias de arte contemporáneo: Paratissima, The Others, DAMA y Flashback, y la décima edición de Apart, una feria anticuaria que este año presta una especial atención a la escena artística islandesa. Además, son varios los eventos en esos días, como el festival de música electrónica Club to Club o incluso la célebre feria de Alba, que amplían una oferta cultural ya de por sí rica cuando no hay eventos.

Kate Newby. Walking with a lot of people, detail), 2022. Cortesía del artista y de Art : Concept. Foto: Nicolas Brasseur.

Entramado cultural

Al plan estratégico y a las grandes citas anuales, hay que unir otras realidades: la presencia de varios museos nacionales por ser la primera capital de Italia, las numerosas fundaciones locales e incluso el protagonismo de la provincia en movimientos de gran calado hoy en día como el Slow Food, hacen de Turín un destino atractivo para un turismo cultural.

Al respecto, son varios los sectores que se podrían destacar, pero nos centraremos en los más cercanos al espectador de arte contemporáneo. Uno de ellos es el arquitectónico, que atesora varias obras de genios de la disciplina, como Juvarra, Guarini o Nervi, que han dejado monumentales palacios de caza, como la Reggia di Venaria Reale o Stupinigi, hitos del barroco, como la Capilla de la Sábana Santa, o de la arquitectura contemporánea, como el Palacio del Trabajo de la Exposición Universal de 1961, sin olvidar el Lingotto, la mítica fábrica de montaje de FIAT cerrada en 1994 y ahora remodelada por Renzo Piano, que Gropius incluyó en su recopilación de la mejor arquitectura a finales de los años veinte.

Gregory Crewdson, Morningside Home for Women, 2021-2022. © Gregory Crewdson

En cuanto a museos, otro que ha convertido la ciudad en referencia de su ramo es la descomunal Mole Antonelliana, que alberga el Museo Nacional del Cine, el principal de Europa y un verdadero sueño para cualquier visitante. De hecho, nombrarlo es relevante porque es una pieza clave para entender la fidelidad de los turineses a los cines y, sobre todo, para que se hayan activado políticas de beneficios fiscales para el rodaje de películas y series; un elemento más del plan estratégico de promoción internacional de la imagen de la ciudad. Ello ha provocado que se acerquen grandes producciones, como Fast & Furious el pasado junio, explicando por qué en septiembre había simultáneamente 6 rodajes en la ciudad.

Y si de grandes museos hablamos, no se puede omitir el Museo Egipcio, restaurado hace poco y considerado el segundo más importante del mundo después del Museo Egipcio de El Cairo, con salas realmente emocionantes, gracias a un cuidado trabajo historiográfico y escenográfico, que lo convierten en una visita obligada que no decepcionará.

Ann Veronia Janssens. June, 2011-2013. Cortesía de Alfonso Artiaco. Foto: Grafiluce

Estos museos se ven bien acompañados en pleno centro de la ciudad por otros palacios monumentales como el Carignano, sede del Museo de la Unidad de Italia (Museo Nazionale del Risorgimento) y del primer Parlamento italiano, frente a la Biblioteca Nacional, además de otros llamativos destinos para el amante del arte contemporáneo, como el Castello di Rivoli, la Galería de Arte Moderno, la Pinacoteca Giovanni e Marella Agnelli, la Fundación Sandretto Rebaudengo, la Fundación Merz, la Fundación Ettore Fico, el Parque de Arte Vivo, los Cantieri OGR y últimamente el MAO en su parte temporal, además de la especial atención por la fotografía en dos de los últimos museos inaugurados en la ciudad: Gallerie d’Italia y Camera, este último muy cerca de dos de las calles donde se concentran varias galerías, via della Rocca y via Mazzini, sin olvidar la más conocida, Giorgio Persano, que recientemente se ha trasladado al Quadrilatero a uno de los palacios más antiguos de la ciudad.

Anna Maria Maiolino. Untitled, 2015. Cortesía de la artista y de Galleria Raffaella Cortese. Foto: Lele Buonerba

El listado completo sería enorme, desde museos sin duda curiosos como el Museo de Antropología Criminal Cesare Lombroso, que comparte sede con el Museo de la Fruta, o el Museo Nacional de la Montaña, así como otros museos nacionales: el del Automóvil y el de la Resistencia. 

Todo ello se completa con las actividades y ambiente propiciados por una ciudad universitaria con casi 100.000 estudiantes, que cuenta con particularidades científicas como la presencia de la Agencia Espacial Europea o el primer fablab italiano, el Toolbox, cercano a un epicentro de innovación como fue Olivetti y donde fue becado Massimo Banzi, el principal creador de Arduino.

No extraña, pues, que Turín esté salpicada de edificios que recuerdan eventos epocales, como fue Italia 61, en cuyos edificios está ahora el campus del sur de Europa de la UNESCO, o tendencias internacionales, como el Slow Food, creado por el piamontés Carlo Petrini en una de las dos regiones italianas con más granjas pequeñas y denominaciones de origen. De hecho, la zona de Cuneo es la que se ha especializado en estos productos, siendo habitual en su campo de influencia escuchar conceptos como “slow food” o “kilómetro cero” desde finales del siglo XX, teniendo lugares de referencia internacional y encuentro como la Universidad de los Estudios de Ciencias Gastronómicas, más conocida como Universidad del Gusto, y reclamos mundiales como la Feria Internacional de la trufa blanca de Alba, sin olvidar los muchos recorridos enogastronómicos de gran calidad que ofrece la zona.

Backwards Ahead: opere dalla Collezione. Cortesía de Fondazione Sandretto Re Rebaudengo.

Estas ya serían razones suficientes para una larga visita a la capital del Piemonte y para reivindicar su relevancia como cruce de caminos, pues se trata de un escenario privilegiado para experimentar una de las metáforas por excelencia para entender lo contemporáneo: la del viaje. Entenderlo de este modo, implica asumir el tránsito y su imprevisibilidad, la dispersión de las paradas y la multiplicación de los horizontes, sabiendo que no hay un único sentido y sí muchas derivas posibles. Orientemos entonces nuestros pasos a descubrir Turín y qué mejor que durante la semana en la que el protagonista es el arte contemporáneo.



PEDRO MEDINA es profesor, editor, crítico y comisario de arte con sede en Turín, Italia.





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